Madre que es enfermera y miembro de LAUSD: El nuevo contrato no resolverá la carencia de enfermeras

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Como madre de familia del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, y enfermera registrada por 18 años, la huelga de UTLA me dejó frustrada porque al parecer, nuestros líderes obreros y distritales, ven el mundo a través de una óptica de los 1980s, para enfrentar las necesidades de los estudiantes del siglo 21-específicamente la necesidad de un mayor número de enfermeras que asegure que la educación de nuestros hijos, no será interrumpida por asuntos de salud-.

En tres décadas desde la última huelga de maestros, todo, desde las tendencias demográficas, a la tecnología, a la realidad de la fuerza de trabajo y las expectativas de los empleados, ha cambiado. Sin embargo, los líderes de UTLA pusieron su mirada en un pasado de hace 30 años, para determinar un futuro supuestamente ventajoso.  

La petición de UTLA de un aumento en el número de enfermeras en las escuelas es una demanda que el sindicato aparentemente obtuvo con la huelga. El nuevo acuerdo agrega 300 nuevas posiciones en los próximos dos años. Tengo mis dudas, sin embargo, de que un número significativo de las nuevas plazas, sean ocupadas. De hecho, antes de que estallara la huelga, ya había más de 30 vacantes de enfermera dentro del distrito. Si LAUSD no pudo llenar esos 30 puestos disponibles, ¿qué nos hace creer que podrán ocupar otros 300?

Tengo la certeza de que ser una enfermera al servicio de una escuela, es muy satisfactorio. El horario es atractivo para quienes disfrutan de los días festivos y largos periodos vacacionales. El único otro trabajo con horarios similarmente atractivos es el de turnos en un hospital. Comparando los salarios, el trabajo por turnos, definitivamente sale ganando. Actualmente, una Enfermera Registrada con algunos años de experiencia puede ganar el equivalente al máximo que una enfermera escolar experimentada gana -unos US$80,000-. Además, hospitales de todo el país están contratando enfermeras y ofreciendo un jugoso bono de bienvenida y otros incentivos. Recientemente, me ofrecieron un bono de US$30,000 por un empleo en Carolina del Norte, donde el costo de vida es mucho más bajo que en California.

Los bonos por contratación son indicadores de la escasez de enfermeras a nivel nacional, lo que ha prevalecido por años. Tanto la industria de la enfermería como la población, crecientemente más vieja y enferma, transita hacia el retiro. La demanda por enfermeras aumenta día con día. La falta de capacidad institucional que revertiría esta tendencia, y el citado cambio demográfico, hace más grave la escasez de estos profesionales de la salud. Los profesores de enfermería también están envejeciendo y abandonando la fuerza laboral, y no hay suficientes personas que se estén inscribiendo en educación de enfermería, para ocupar su lugar. ¿Qué significa esto en el contexto del mercado laboral de Los Ángeles?  Significa que las enfermeras registradas no tienen dificultad para encontrar un trabajo bien pagado, por lo que no será fácil llenar esos 300 nuevos puestos (eso, sin mencionar las vacantes preexistentes).

¿Y qué pasa si una enfermera registrada no está motivada por el salario y más bien le interesa convertirse en una enfermera de escuela? Ese cambio requerirá una inversión de tiempo y dinero. Obtener una Licencia de Enfermera Escolar requiere un certificado de bachillerato (casi la mitad de las enfermeras de California solo tienen una escolaridad en Nivel de Asociado) de uno de solo cuatro programas en el estado. El cambio de carrera requerirá al menos, un año de trabajo a tiempo completo, con un precio de $10,000 a $20,000

No creo exagerar al sugerir que un puesto de enfermera escolar en el LAUSD no sería un buen trabajo en 2019, dadas todas las opciones disponibles para una Enfermera Registrada.  

Esto ilustra una de mis mayores frustraciones a partir de enero. Esta “victoria” sindical que logró más posiciones, no es una victoria garantizada para nuestros hijos. Abordar el asunto de los recursos adecuados para resolver las necesidades de salud de los estudiantes a través de la negociación de contratos laborales, no es suficiente.

Las negociaciones se llevaron a cabo en el contexto de una relación distrito/fuerza laboral obsoleta, que nuestros líderes, tanto distritales como sindicales, no parecen tener la voluntad de redefinir en una alianza que coloque como prioridad, a las escuelas públicas y a los niños de L.A. Si las negociaciones se llevaran a cabo en el clima de pragmatismo, colaboración e innovación, considerando críticamente las restricciones y posibilidades del siglo XXI, quizá en lugar de las 300 nuevas posiciones cubiertas por el contrato de UTLA, se podrían haber realizado diferentes inversiones que, en última instancia, serían una mejor opción para nuestro sistema educativo.

El distrito dice que está dedicando una gran esfuerzo y energía para ocupar estos puestos, pero para contratar candidatos altamente calificados, el LAUSD también debe seguir el liderazgo de otros empleadores con importantes incentivos financieros. El salario debe ser competitivo. Los bonos de contratación deben ser considerados. Podrían ofrecerse programas de pago de préstamos estudiantiles o de asistencia a la matrícula. Se necesita reclutamiento emprendedor. Sin embargo, esas estrategias cuestan dinero, que es limitado, y estas inversiones dejarían menos, para gastar en salarios.

La crisis creada por la huelga de maestros iluminó levemente esta área de escasos recursos en nuestras escuelas. Desafortunadamente, las negociaciones exigían una solución que únicamente crearía más empleos solo para que fueran representados por UTLA. A menos que las cosas cambien antes de que se negocie el próximo contrato, me temo que el lodo volverá a ser arrojado entre las partes, con acusaciones de que las posiciones aún vacantes, representan el signo de una promesa rota, en lugar de la realidad de que -desde un principio- esta era una promesa casi imposible de cumplir.

Muy pocos padres de familia estarán al tanto de los factores demográficos, económicos y de mercado, que la profesión de enfermería identificó hace años y que aún no ha podido vencer. Simplemente sabrán que la escuela de sus hijos no tiene una enfermera de tiempo completo, y buscarán a quien culpar.

Les han dicho que “el malo de la película” está en Beaudry, y detrás de las puertas de las escuelas chárter. Se les hizo creer que la acción laboral de enero era una batalla épica contra el distrito malvado y una pelea por "lo que es mejor para nuestros hijos", en lugar de ser por los puestos de trabajo y las protecciones laborales para los que los sindicatos existen. La ira se sentirá justificada y energizante para algunos, pero nuestros hijos habrán pasado tres años más, sin un cambio significativo.

Lo que realmente necesitamos son planes de contingencia para atender las necesidades de nuestras escuelas en ausencia de enfermeras de tiempo completo. Necesitamos identificar dónde están las más graves necesidades de salud y asignar enfermeras registradas en consecuencia. Quizás las rutinas y responsabilidades se pueden reorganizar de una manera que le permita a una enfermera hacer más, en una determinada cantidad de tiempo. Además, como mínimo, se debe alentar a otros miembros del personal escolar a que obtengan capacitación básica en Reanimación Cardio-Pulmonar (RCP) y primeros auxilios.

Lo que no está bien, es solo estar en espera de que se llenen los puestos de trabajo sin pensar de manera urgente, en cómo ejecutar acciones para enfrentar las realidades de la escasez de enfermeras, que este nuevo contrato de UTLA no solucionará.

Esta es solo una disección de las promesas hechas por el distrito bajo presión. No puedo evitar preguntarme qué otras oportunidades se perdieron porque nuestra visión colectiva se ve perjudicada al mirar hacia atrás y no hacia adelante.

 --- Suzy Hughes, es nativa de Los Ángeles, tiene una Maestría en Ciencias de Enfermería y ha sido Enfermera Registrada por 18 años. Tiene dos hijos que están inscritos en escuelas del LAUSD en Venice.